Dir. Alfredo Salazar.
Alfredo Salazar, hermano menor de Abel Salazar (con el que ha colaborado en numerosas ocasiones en
algunas producciones de la ABSA), ya
apuntaba maneras al ser el hacedor de los libretos de obras maestras como El hombre y el monstruo (Rafael Baledón, 1959), El ataúd del Vampiro (aunque sin
acreditar) (Fernando Méndez, 1958), La momia azteca contra el robot humano
(Rafael Portillo, 1958) o, ya
tirando por lo bajo, Frankenstein, el
vampiro y compañía (Benito Alazraki,
1962), truño entrañable para mayor gloria del Loco Valdes (de la que por cierto, ya os hablé aquí), debutaba en la dirección con esta folletinesca historia de
un nuevo justiciero encapuchado al más puro estilo El Coyote o El Zorro: ¡¡El Charro de las Calaveras!! Aquí
nuestro héroe luce una manta puesta en la cara de color negro (que después pasa
a ser una especie de antifaz). No se desprende de esta indumentaria ni para
dormir, oigan (aunque se la quita fugazmente para confiarle a sus compañeros de
viaje [un niño llamado Perico y un borracho tontorrón muy propio de estas
pequeñas producciones chicanas, llamado Cleofas], su verdadera identidad), y según
dice, la lleva puesta desde que decidió poner fin a los maleantes después del
asesinato de sus padres. Él mismo nos explica en uno de los diálogos más
pomposos de la película que el motivo de su antifaz es “porque la justicia no tiene rostro”. Así pues, el Charro de las
Calaveras, como si del hombre más afortunado del mundo se tratara, se las
tendrá que ver con el hombre lobo (en el film, “lobo humano”), con el vampiro y
con el jinete sin cabeza. Así, sin más, por las buenas. Pero no se equivoquen,
nuestro héroe enmascarado no tendrá que hacer frente a estos monstruos a la
vez, sino uno por uno. El Charro de las Calaveras, queridos alobados míos, está
contada como si de un serial se tratase, por lo tanto el Charro tan sólo
dispondrá de unos treinta minutos aproximadamente para hacer frente al malvado
de turno para después pasar al siguiente como si de un nuevo capítulo se tratase.
|
El vampiro... |
|
El jinete sin cabeza... Pero con la cabeza (de plástico)... |
Dicho
esto, déjenme que pase un poco del “Jinete sin cabeza” (que busca su quijotera [una cabeza de plástico
parlanchina encerrada en una caja]) y del “Vampiro” (que más que un vampiro es
un hombre-murciélago [un Batman] que tiene la capacidad de convertirse en una
rata alada de cartón en, prácticamente, un fundido), para centrarme en el
“capítulo” del “lobo humano”.
|
El hombre lobo ¿intentando apagar la luz? |
La
primera aventura del Charro que es la que nos interesa, se centra en su lucha
contra un licántropo vestido con una camisa de cuadros y que, a pesar de
transformarse en lobo durante las noches de plenilunio, comprobaremos que sus
ataques se perpetran a plena luz del día (bueno, toda la película está rodada
de día - sin “noches americanas” de por medio -, por aquello de ahorrar en
iluminación). La transformación del hombre-lobo se ejecuta de un modo realmente
abrumador: el pobre se descompone hasta que sólo queda de él su esqueleto, para
después recrearse y dar paso a la bestia. Todo esto, como es lógico, se
ejecutará mediante cochambrosos fundidos de serie B tirando a Z.
|
Y vean la transformación cutre-salchichera que se lleva a término en... ¡¡"El Charro de las Calaveras"!! |
El
encuentro entre el Charro y el lobo humano es de lo más casual y no se hace
esperar: nada más comenzar la película el monstruo ataca a un pobre campesino y
a pesar de los disparos del Charro, logra escapar campo a través. Acto seguido,
nuestro querido héroe se infiltra en una casa en la que habita la familia
Alvatierra y no duda un solo instante en gorrearles algo para la merienda. Los
Alvatierra viven aterrados ante los continuos ataques del hombre lobo y el
Charro accede a ayudarles… Pero, ¿cómo saber quién se encierra tras la
maldición de la bestia? Pues bien, entre ataque y ataque (incluyendo la muerte
de la Sra. Alvatierra), y sin que nuestro apuesto justiciero pueda hacer nada
para capturar al hombre lobo (siempre escapa), el amigo Salazar, también en
funciones de guión, opta por la vía rápida: por ahí, por el metraje, salía una
vieja loca que se reía y decía cosas absurdas frente a la cámara, así que el
Charro, rizando el rizo de lo absurdo, decidirá pedirle cuentas a la vieja que,
para sorpresa de todos, abrirá un ataúd del que emergerá un zombie sabiondo que le contará al Charro
la verdadera identidad del hombre lobo. ¡¡Toma ya!! Una vez consigue acabar con
el lobo humano, en realidad **SPOILER**
papá Alvatierra **FIN SPOILER**, el
Charro adoptará al hijo de éstos, Périco, y en un alarde de generosidad, al
viejo borracho tontorrón Calofas, que pasarán a ser sus compañeros de correrías
en las dos historias que restan.
|
El zombie sabiondo vende al lobo humano... |
|
Extraordinaria pelea entre el "lobo humano" y el Charro, oigan. |
Esta
película, como ven, es otra joya chicana más para la colección. El Charro de las Calaveras es otra
obra estrambótica y llena de roña, pero con un alma pulp y aventurera que invita a la diversión y al entretenimiento.
Por lo tanto, no se la pierdan cachorros. No me sean chingones. ¡¡El Charro de las Calaveras mola!!
Esta película promete... debe ser para hacer pis y no echar gota. Me encanta el título y esa mano de hombre lobo que parece un plumero de quitar el polvo.
ResponderEliminarAh ¿tienes una máquina del tiempo? Lo digo por la fecha futura de tu entrada. Saludos. Borgo.
Como ven, queridos alobados, la programación de este post ha fallado y se ha adelantado a la luna llena prevista... En fin, esperemos que no se vuelva a repetir y disculpen el error...
ResponderEliminarAY...
Una maravilla de la psicotronía como no hay dos... Me lo pasé de miedo viéndola, se habrá fijado además que el niño del primer episodio no es el Perico que sale en los dos restantes... un detalle más para adorar este filme!!
ResponderEliminarEfectivamente abuelito, olvidé comentarlo, aparte de la vestimenta del Charro, que cambia a partir de la primera media hora, Perico pasa a ser un niño más feo y orejon que el de la primera historia.
ResponderEliminarMisterios que encierra esta encantadora película...
Guau! Esta la tengo por ahí grsabada, pero no pensaba que daba para tanto. Será cuestión de buscarla de inmediato!
ResponderEliminarUn saludo y gracias por esta divertida reseña