“Ningún hombre conoce lo malo que es hasta que no ha tratado de esforzarse por dejar de serlo”. Clive Staples Lewis.

lunes, 18 de abril de 2011

CAPERUCITA ROJA (2011)

Después de adaptar el bestseller crespusculino de Stephenie Meyer, - del cual ya hablaremos cuando me atreva a ver todas las películas que componen la saga -, Catherine Hardwicke realiza esta especie de revisión del cuento de Caperucita Roja para quinceañeras con las bragas húmedas. En este cuento no faltan pues, lucha entre varones por el amor de la protagonista, polvos en el granero y a la luz de la chimenea, una trama de lo más mentirosa que gira en torno a saber quién es el malvado hombre lobo, y por supuesto, ni un ápice de violencia ni erotismo.
Este cuento chic y con olor a compresa usada, nos cuenta la historia de Valerie, una rubia de ojos azules (muy hermosa, eso si), a quien su madre ya le ha elegido su futuro. Y es que la pobre Valerie se debe casar con un herrero con perras. Por otro lado está otro tipo, un tío con peinado raro (muy al estilo “crespusculiano”), un simple leñador, que quiere de verdad a Valerie. Bueno, en realidad ambos se aman desde que eran pequeños. Lo malo es que su madre no le gusta la idea que su hija se case con un hombre con poco porvenir… Qué más, que más… ¡Ah si! El poblado donde vive Valerie y los suyos está siendo atacado por un enorme hombre lobo a quien le ofrecen cerditos y cabritas con tal de que no ataque a ningún ser humano. Un buen día pero, la hermana de Valerie es atacada por el temible licántropo y es hallada muerta. Rápidamente se ponen en contacto con un sacerdote que combate hombres lobo para que acabe con él, y este les informa que el alobado se encuentra entre los miembros del vecindario. ¿Quién será el hombre lobo? ¿El tipo del peinado raro? ¿El herrero con quien se debe casar Valerie? ¿La abuela? ¿Su madre? ¿Su padre? Ay, que intriga más grande…
Bueno en realidad, a nadie le interesa un pimiento quién sea el hombre lobo. A nadie le interesa ver un enorme lobo de CGI que habla y busca a la “caperucita” del cuento. Aquí, por lo que se ve, lo que importa es saber con quien se queda la rubia y si el del peinado raro es bueno y se casará con ella. De hecho, ni siquiera vemos una transformación en lobo (algo imprescindible en una película del género licántropo), ni disfrutamos de alguna escena subidita de sangre, como tanto nos gusta. Escuchamos algunas cosas curiosas: gracias a esta película sabemos, por ejemplo, que si un hombre lobo te muerde durante las noches rojas (noches en las que la luna parece teñida de rojo), puedes transformarte en uno de ellos; que sólo una persona de su misma sangre puede entenderlos; y que un hombre lobo no pueden pisar tierra sagrada, como las iglesias y templos y cosas de estas.
¿Qué quieren que les diga? Caperucita Roja está más cerca de la insoportable saga Crepúsculo que del cuento de los hermanos Grimm. La hermosísima Amanda Seyfried, una actriz con mucho magnetismo y sensualidad (vean Chloe para comprobarlo), está totalmente desaprovechada, Gary Oldman no parece Gary Oldman, Billy Burke repite el mismo papel que en la maldita saga de los vampiros purpurina (Crepúsculo, of course), y Virginia Madsen, otrora actriz de clásicos indiscutibles como Candyman, se dedica a poner morritos durante gran parte del metraje.
No lo soporto, lo siento… Esto es una estafa… Las adolescentes nunca deberían haber entrado en terrenos que no comprenden. Por favor, Meyers de turno, Hardwicks y compañía, dejad en paz de una vez a los vampiros y a los hombres lobo. Ellos se encuentran muy bien en sus películas de terror y no necesitan enamorarse de ningún/a adolescente con las hormonas a flor de piel. De verdad, están muy bien en filmes como Aullidos, El hombre lobo o En compañía de lobos, otra película infinitamente mejor y sin amor ñoño, que tocaba el cuento clásico de la Caperucita Roja.
Y ahí queda dicho. Ya están advertidos. Hasta la próxima luna llena. AAUUUUUUUUUUU! 

10 comentarios:

  1. No la he visto y no la veré pero aúna sí voy a opinar.
    Hay películas que nacen muertas y esta es una de ellas.
    Por mucho Gary Oldman (¿qué pinta en esta ese buen hombre?) y demás cebos si la que dirige el cotarro es la tipa encargada de lanzar al mundo ese MAL que llaman Crepús-culo creo la cosa está clara: culebrón de sobremesa con seres sobrenaturales, mal vamos.

    Más Carpenter y cia. y menos titiriteros de pacotilla seduce-adolescentes. Que vuelvan los 80!

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  2. Nunca estuve más de acuerdo con usted, Don Kinski.

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  3. Sr Lazoworks, es vd valiente de verdad al haberse atrevido con esta película. Se le veia venir desde el principio el castañazo que se iba a dar y prescindí totalmente de verla; y si el Gary Oldman de la época de "Dracula de Coppola" se hubiera visto en esa película le habria dado una seria depresión. Respecto al film de Neil Jordan que menciona claro que le dará mil(y dos mil) vueltas. Lástima que varios de los diferentes relatos que se ven fueran tan irregulares; porque la transformación tan cruda de Stephen Rea era impresionante.

    Un abrazo Sr Lazoworks y sí... Mas Carpenter y compañía¡

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  4. No sé por qué, pero me lo esperaba.

    Es que incluso después de haber visto la primera de Crepúsculo y la mitad de la segunda, hasta mi novia quería evitar ver esta Caperucita "Rosa".

    De hecho, una amiga me dijo una vez: "la gente está muy equivocada con Crepúsculo. Creen que es una saga de vampiros ñoña, y en realidad lo que es es una NOVELA ROSA con excusa argumental sobrenatural".

    Para vampiros, sobrenaturalidades varias y rubias sobrehormonadas prefiero mil veces True Blood. Ahí por lo menos se ve chicha y sangre sin tapujos.

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  5. Ignorante como soy del devenir de la actualidad, pensaba yo que a lo mejor se trataba de una revisión estilo Neil Jordan del cuento clásico... Su reveladora -y divertidísima- reseña me lo ha aclarado definitivamente: Abuelito, ni se le ocurra, que a lo mejor le da a mitad un ataque... ¡¡Con la manía que les tengo a los adolescentes, sean vampiros, hombres lobo o sencillamente zotes, que es lo propio!!

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  6. Ay! (quejido) Ahora los monstruos son guapos, modernos, van al instituto y por supuesto llevan peinados fashion. En fin, es lo que hay... Muchas gracias por el relato, ya se lo que no tengo que ver y me ha gustado mucho. No he visto Caperuzita ni Crepúsculo pero sí la serie Crónicas Vampíricas (nada que ver con CV de Ann Rice y eso que se le fué la olla con Lestat como estrella rockera) Parece que la condición para ser vampiro o lobezno es ser ¡Guapo! Además los vampiros pueden hasta ir a la playa, de día claro, poniéndose un anillo embrujado. Saludos

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  7. No se les ocurra entrar a ver esta película. Quedarán malditos para siempre!!

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  8. Vaya, así que los "crepusculeros" (sobre todo culeros) han amariconado también a los licántropos. No respetan nada, al final sólo quedarán los zombis que a esos sí que no se les puede amariconar. Saludos, Lazoworks. Borgo.

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  9. Hombre, si se refiere a que es un género que no se ha "añoñado", estoy de acuerdo, pero amariconear, lo que se dice "amariconear", si que se ha amariconado. Y si no sólo tiene que echar un vistazo a las últimas pelis de Bruce LaBruce, "Otto" y "L.A. Zombi": zombies y porno gay entremezclado!! Quien los ha visto y quien los ve!!

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  10. Aún así puede que la vea, para opinar con fundamento. Y precisamente iba a citar la película de Neil Jordan "En compañía de lobos", como contrapunto. El Sr. abuelito se me ha adelantado, el tema de la licantropía es otra de mis debilidades, sobre todo el caso de Manuel Blanco Romasanta.

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