“Ningún hombre conoce lo malo que es hasta que no ha tratado de esforzarse por dejar de serlo”. Clive Staples Lewis.

martes, 24 de agosto de 2010

Museo de Cera (1988) + Santo en el Museo de Cera (1963)


Anthony Hickox, director de otra de las cintas licantrópicas más interesantes de los últimos años, vease Eclipse Total (1993), realizó a finales de los 80 está fabulosa película a medio camino entre el cine de terror clásico y el humor grotesco de los TBOs de la EC Comics. Y es que, conforme vemos la película nos inmiscuimos en una sucesión de pequeñas historias en las que intervienen los monstruos clásicos del terror. Así pues, nos encontramos con vampiros, la momia, el fantasma de la ópera, el Marqués de Sade y, como no podía ser menos, el hombre lobo.

Museo de Cera nos cuenta la historia de Mark (Zach Galligan), un tipo adinerado que quiere demostrarle a China (Michelle Johnson) que es un tío como Dios manda y no un pelele que fuma y bebe café a escondidas de su madre. Pero China está por otros menesteres y encuentra mucho más atractivo a cualquier hombre que sepa francés y esté cachas, que no a Mark, así que un día mientras paseaba con su amiga Sarah (Deborah Foreman), se topa con un apuesto caballero (David Warner) que las invita a pasar una noche en El Museo de Cera para una exhibición privada. Las chicas aceptan la oferta y junto a Mark y otros amigos pasarán una terrorífica velada en dicho museo . Y es que para su sorpresa, al traspasar los diferentes decorados del museo, los muchachos viajarán a otra dimensión y verán como las escenas que se escenificaban en el museo cobran vida.

De ese modo pasamos al sketch que nos interesa, el del hombre lobo. En él uno de los chicos (Dana Ashbrook) va a parar a un bosque y se pone a caminar hasta toparse con una pequeña cabaña. En ella, un tipo está encerrado (John Rhys-Davies) y no parece dispuesto a que nadie le moleste, pero el chico no hace caso a los avisos del hombre y entra... Lo siguiente ya se lo pueden imaginar, y más teniendo en cuenta que la luna llena brilla omnipresente en el cielo...

Esta coproducción entre Alemania y USA, contó con unos muy conseguidos fx a cargo de Dave Keen, especialista del maquillaje que ya colaboró en films como Aliens (James Cameron, 1986), Hellraiser (Clive Baker, 1987) o Candyman (Bernard Rose, 1992), aunque eso sí, el hombre lobo orejón y peludo parece más una especie de Gremlin que un licántropo aterrador.

En 1992, la película contó con una secuela no exenta de interés dirigida de nuevo por el propio Hickox, aunque aquí la dosis de humor se multiplica haciendo de Museo de Cera II: perdidos en el tiempo, un visionado bastante estimulante. Cabe destacar los continuos guiños a algunos clásicos del género: de ese modo si en la primera entrega se homenajeaba a George A. Romero y La Noche de los Muertos Vivientes (1968) reproduciendo uno de sus sketches en blanco y negro con un montón de zombies, en la segunda nos encontramos en un supermercado repleto de no muertos en clara referencia a Dawn of the Dead (1978). En esta segunda parte también veremos homenajeado films como Alien y su segunda parte, y otros como La casa encantada (Robert Wise, 1963), en una pequeña historia en B/N con buenas dosis de slapstick en el que encontramos al genial Bruce Campbell como maestro de ceremonias. Lástima que esta secuela no incluya ningún licántropo (bueno, durante la película vemos un ritual satánico en el que una mujer se transforma en una extraña criatura que no sabría muy bien como clasificar), y que la trama sea fatalmente ensanchada por uno de sus sketches desarrollado en la edad medieval. Y ya no quiero hablar de la insufrible banda sonora techno compuesta por Steve Schiff que no pega ni con cola...

Título original: Waxwork (USA/Alemania, 1988)
Director: Anthony Hickox
Guión: Anthony Hickox
Actores: Zach Galligan, Deborah Foreman, David Warner...

Por otro lado y sin abandonar la temática del museo de cera, nos topamos con esta cinta protagonizada por el popular luchador mexicano Santo, el enmascarado de plata, en la que el Dr. Karol, un mad doctor encarnado por Claudio Brook raptará a un montón de personas para que encarnen a los monstruos clásicos del terror, entre los que encontramos el monstruo de Frankenstein, el fantasma de la ópera, el jorobado, Mr. Hyde y... ¿el hombre lobo?

Bueno, no exactamente, ya que tal y como explica el Dr. Karol durante la película “están ustedes viendo a la Bestía sanguinaria, está es la forma salvaje que tomaba el séptimo hijo varón en los periodos de luna llena, porque el primero de la dinastía había sido mordido en las montañas del Tibet por el abominable hombre de las nieves" (sic). Así que, hombre lobo lo que se dice hombre lobo... Pues que quieren que les diga... Poca cosa.

Santo en el Museo de Cera dirigida por el gran Alfonso Corona Blake, director de esa obra maestra de la psicotronía llamada El mundo de los vampiros (1960), otorga a la cinta cierto interés pero una vez más todo se ve entorpecido por unas interminables y aburridisimas luchas en las que el Santo luce palmito. Y es que como bien solía pasar, y salvo algunas excepciones, las películas protagonizadas por el Santo y otros luchadores como Blue Demon y demás, estaban realizadas unicamente para que estos mostraran su destreza en la lucha grecoromana, destrozando de ese modo el interés en las tramas principales de sus películas.

Hacía el final del film por si fuera poco veremos a este alobado y otros "licántropos" intentando deshacerse del Santo, pero este logra acabar con ellos arrojandoles un tanque de cera caliente encima. Además durante la película también podriamos haber disfrutado de una nueva transformación, esta vez en mujer pantera ya que la periodista encarnada por Norma Mora es raptada por el Dr. Karol, pero lamentablemente una vez más el Santo lo impide... ¡Maldito Santo!

Título original: Santo en el museo de Cera (México, 1963)
Director: Alfonso Corona Blake (y Manuel San Fernando sin acreditar).
Guión: Julio Porter, Fernando Galiana y Alfonso Corona Blake.
Actores: Rodolfo Guzman Huerta (Santo), Norma Mora, Claudio Brook...