“Ningún hombre conoce lo malo que es hasta que no ha tratado de esforzarse por dejar de serlo”. Clive Staples Lewis.

viernes, 18 de febrero de 2011

LA CASA DEL TERROR (1960) + FRANKENSTEIN, EL VAMPIRO Y CIA (1962)


Bienvenidos a una nueva entrega de cine-lobo, en este caso mexicano, un cine que tan buenos ratos nos hacen pasar debido al bizarrismo de sus premisas. Por un lado tenemos la excelente La casa del terror y por otro lado, Frankenstein, el vampiro y compañía, dos películas "hermanadas" que tienen como telón de fondo un museo de cera (un decorado que, como hemos visto, es bastante habitual en el cine de licántropos).  La casa del terror del gran Gilberto Martínez Solares, - hacedor de una de las mejores películas mexicanas de los 70, la nunsplotation Satanico Pandemonium -, haría, con este film, uno de los pastiches más completitos del cine de monstruos. En La casa del terror tenemos pues, referencias a "El museo de cera", la momia, Drácula, Frankenstein y, como no, al hombre lobo, pero abordado todo de un modo de lo más estrafalario. Dejenme que me explique... Vayamos por partes…

Germán Valdés (Tin Tan) es el vigilante de noche de un museo de cera que se pasa prácticamente toda la película durmiendo y perreando. Por otro lado una especie de sosias de Boris Karloff (Yerye Beirute [El ataúd del vampiro de Fernando Mendez]), roba cuerpos del cementerio para utilizarlos de figuras en su museo de cera. Además, el muy necio pretende revivirlas o algo así, utilizando la sangre del pobre Tin Tan; y aparte, como no, la gran manía de los mad doctors: cambiar los cerebros de una persona a otra. ¡¡Pero ahí no acaba la cosa, señores!! También hay una momia (Lon Chaney Jr.), una momia egipcia que parece congelada o algo así, y el tipo ese, el que profana tumbas, roba a su vez a la momia para revivirla y efectivamente, así lo hace, utilizando nuevamente la sangre de Tin Tan. ¡¡¡Pero ahí no acaba todo!!! La momia no era una momia cualquiera, era además un hombre lobo y, claro, cuando sale la luna llena emerge su lado animal… ¿He dicho que haya terminado? ¡¡¡¡Ni hablar!!!! El hombre lobo, revivido por la sangre, sembrará el caos por donde pase hasta que, como si de una batería se tratase, la hemoglobina se agote en su cuerpo y tenga que ser nuevamente “chutado” para volver a hacer de las suyas…
Como ven, el mito de la momia, los vampiros, Frankenstein y, sobretodo, el hombre lobo es tocado en esta exquisita joya mexicana de un modo único y que, desde luego, no se queda solamente ahí ya que, incluso hacía el final, se nos meterá de sopetón todo un homenaje a King Kong, cuando el hombre lobo agarre a la bella de la película (Yolanda Varela) y la suba hasta arriba de un rascacielos en bolingas (donde, ay por Dios, ¡¡no paro!! Tin Tan hará un pequeño guiño a Chaplin). Lon Chaney Jr., ya en clara decadencia, cruzando la frontera para ganarse el pan como más tarde o más temprano han tenido que hacer algunos compañeros de profesión como John Carradine o el mismísimo Boris Karloff, aparece en este film sin mayor trascendencia y con un “NO” como única línea de “diálogo”. Un "No" suplicante y lastimero que seguramente trasciende más allá de la película, y que decía mucho del momento profesional por el cual pasaba nuestro insigne licántropo. Francamente apetecible y entretenida, así que, amantes de los licántropos, no se la pierdan.

La “hermana” de la que hablaba al principio no es otra que la casposa Frankenstein, el vampiro y compañía de Benito Alazraki y protagonizada por el hermano de Germán Valdés, Manuel Valdés (El Loco), un actor que más tarde haría de hombre lobo (o así) en dos películas infantiles (o así) de Caperucita Roja y que, más adelante, cuando recobre fuerzas, se verán recogidas en este blog. Frankenstein, el vampiro y compañía, a años luz de su predecesora, vuelve a trasladar la acción a un museo de cera donde trabaja El Loco. Allí tienen que aguardar la llegada de dos cajas con los cuerpos (figuras) de un vampiro y el monstruo de Frankenstein. Por si fuera poco, un tipo con bigote pretende a su vez hacerse con los monstruos. Pero ese hombre no es un hombre cualquiera, sino un hombre lobo… ¡¡Como lo oyen!!
¿Digame-lon?

La verdad es que Frankenstein, el vampiro y compañía no guarda ningún tipo de interés ni sorpresa en su entramado (re)loco. A pesar de tener a una especie de mad doctor o un baile de disfraces al final de la película que nos puede regalar algún momento divertido, el film no tiene ningún merito por el cual deba ensalzarse. Nuestro licántropo es un soso, que eso si, llegará a coger un telefóno y gruñir, y luchará al final con el vampiro hasta que mutuamente se dan muerte…. Por otro lado no podía olvidarme del maquillaje, que eso ya es otra, ¡¡es de lo peorcito que han visto mis inocentes ojos!!

En definitiva, uno de esos bodrios que poca simpatía despierta pero que, como ustedes comprenderán, debía de salir en este, vuestro blog licántropo.

Calificación La casa del terror:
Calificación Frankenstein, el vampiro y compañía: