“Ningún hombre conoce lo malo que es hasta que no ha tratado de esforzarse por dejar de serlo”. Clive Staples Lewis.

martes, 30 de marzo de 2010

Miedo Azul (1985)


"En este pueblo la gente se quería solo en la medida en que se querían a si mismos".
Esta es una de las primeras frases que escuchamos nada más comenzar Miedo Azul, una pequeña película producida por Dino De Laurentiis que dirigió el televisivo Daniel Attias en 1985. El film, cuyo título original es Silver Bullet (jodidos tituladores españoles), estuvo protagonizado por la estrella juvenil de los ochenta Corey Haim, fallecido el pasado 10 de marzo, y contó con el propio Stephen King adaptando su propia historia corta (El ciclo del hombre lobo), escribiendo un guión eficiente y entretenidísimo. Y es que pese a su modesta factura, Miedo Azul es uno de los títulos más notables de la gloriosa e irrepetible Edad Dorada del cine de hombres lobo.


El film nos sitúa en un pequeño pueblo que está siendo asolado por una ola de crímenes brutales perpetrados al parecer por una terrible bestia durante las noches de plenilunio. Marty (Corey Haim), - un niño minusválido que pese a estar en una silla de ruedas es conocido por su enorme simpatía y valentía -, se topará con el hombre lobo y con la ayuda de su hermana Jane (Megan Follows), con quien no guarda muy buena relación, y su tío Red (Gary Busey), un borracho, intentará desenmascarar y acabar con el asesino de la luna llena...

Lo que hay que tener claro después de leer esta breve sinopsis es que lo importante de Miedo Azul no es quién es el hombre lobo, ni como lograrán terminar con él. Ya desde el principio vemos que las víctimas del licántropo suelen ser personas con la autoestima por los suelos y poco ejemplares: el alcohólico del pueblo, una chica embarazada a la que le ha dejado el novio y se quiere suicidar, un chaval travieso y bastante hijodeputa... Todos ellos, tal y como dice la frase del principio, sólo quieren en la justa medida que se quieren a sí mismos. Así que cuando el pueblo comienza a clamar venganza y, armas en ristre, van en busca de la bestia, uno a uno serán aniquilados por nuestro hombre lobo en una secuencia no exenta de cierto humor cartoonesco (véase la secuencia en la que Lawrence Tierney ataca al lobo en mitad del bosque cubierto por la niebla, para más adelante ver como es el propio hombre lobo el que le arrea a Tierney con su propio bate en el que podemos leer una inscripción que dice “The peacemacker” [El pacificador]).


Corey Haim, 23/12/71 - 10/03/10. R.I.P.

Por eso la principal gracia del film radica en que sea precisamente un niño en silla de ruedas, - alguien alejado del estereotipo del héroe y más cercano al tipo de personas de las que debemos sentir compasión -, el que termine finalmente con el alobado. Marty no es grande ni fuerte, pero pese a ello cuenta con un enorme amor propio (y por consiguiente, un enorme amor para con los demás), que resultará ser el arma definitiva para terminar con la bestia.

Hay una espectacular secuencia onírica en la que vemos como los habitantes del pueblo, como buenos feligreses, asisten a la Iglesia para acto seguido transformarse en lobos. Aquí la famosa frase escrita por Curt Siodmak coge dimensiones más gráficas y nos demuestra una vez más que cualquier persona puede transformarse en lobo, pero en este caso no necesariamente cuando la luna llena brille (en Miedo Azul el hombre-lobo se trasnforma cuando quiere, siendo las noches de luna llena cuando más poder tiene), sino cuando la ira y la venganza (y por consiguiente la falta de amor) reine en sus vidas. No por menos, el principal instigador del mal resulta ser el reverendo del pueblo, interpretado por el caradeplanta Everett McGill.


Los feligreses lobunos en Miedo Azul. "Incluso un hombre puro de corazón y que reza sus plegarias por la noche...".

Como puntos en contra se podía anotar la poca gracia que tiene el hombre lobo diseñado por Carlo Rambaldi, y lo poco resultón que es. De hecho, en la mayoría de las secuencias en las que sale se intenta mostrar planos muy cerrados (primeros planos de los ojos del monstruo), con tal de ocultar un ejemplar de goma lobuno de lo más ridículo.

Pero aún así, no se la pierdan. Películas como esta ya no se hacen.


Título original: Silver Bullet (USA, 1985)
Director: Daniel Attias.
Guión: Stephen King basado en su novela corta El Ciclo del Hombre Lobo
Actores: Corey Haim, Everett McGill, Gary Busei…

domingo, 14 de marzo de 2010

El Lobo Humano (1935) + El Hombre Lobo (1941)


El mito del hombre lobo ha sido llevado a la gran pantalla en innumerables ocasiones, pero se podría considerar a El Lobo Humano de Stuart Walker, la primera película oficial sobre licántropos con algo de relevancia que la Universal produjo allá por el 1935. Aún así, la película de Stuart Walter estaba más cercana a la novela de Robert Louis Stevenson, El Dr. Jekyll y Mr. Hyde, mostrando un hombre-lobo no demasiado peludo, como variante del hombre-monstruo que encarnó Fredic March en El Hombre y el Monstruo (1931). Los motivos se centraban principalmente en la censura de la época, que prohibió que se exhibiera una transformación explicita de hombre a lobo y, por otro lado, a Henry Hull, – el “alobado” del film -, que no quería que el maquillaje de Jack Pierce le impidiera ser reconocido por el público. Pese a ello, resulta curioso comprobar como dicha imposición nos regalaría una curiosa secuencia excelentemente rodada, en la que podemos ver la conversión de nuestro protagonista en bestia a través de encadenados en las que Henry Hull se transformaba mientras caminaba por el bosque. Así pues, gracias a John P. Fulton, el creador de los efectos visuales, veremos como el aspecto del protagonista cambia gradualmente cada vez que la cámara se topa con un árbol, saltándose de ese modo la censura y sorprendiendo gratamente al espectador.
El Dr. Glendon (Henry Hull) y el puto Dr. Yogami (Warner Oland).
Esa falta de elementos, digamos, más originales, fueron los causantes de que El Lobo Humano no permaneciera en su estatus de precursora y quedara casi eclipsada por producciones venideras (algunas de calidad claramente inferior). Y es que pese a que en ella existen detalles de indudable interés “licantrópico” como esa flor nepalí capaz de curar a nuestro protagonista maldito (1), el guión no consigue recrear ese universo genuino que Curt Siodmak si consiguió otorgar a El Hombre Lobo, film que Universal produjo en 1941 (2) y que dirigió George Waggner.

La ambientación de la cinta es realmente envidiable, con ese bosque siniestro lleno arboles amenazantes rodeados por la niebla, pero siendo sincero, ni la dirección de Waggner, ni las interpretaciones de los actores fueron nada del otro mundo. Por lo tanto, lo verdaderamente importante de El Hombre Lobo recae precisamente en el guión, el punto fuerte del film.
Evelyn Ankers apunto de ser "atacada" por Lon Chaney Jr.
Curt Siodmak fue uno de los tantos alemanes que tuvieron que emigrar de su país natal ante la amenaza nazi. No por menos, - y tal y como apunta David J. Skal en su monumental Monster Show -, su visión del hombre lobo vendría a ser una metáfora de cómo un hombre bueno (recordemos la mítica frase: “incluso un hombre puro de corazón…”) podría llegar hacer cosas realmente feroces, haciendo clara referencia a los soldados que durante aquellos fatídicos días combatían en la Segunda Guerra Mundial. Su guión retratado como si de una tragedia griega se tratase, nos muestra al vástago de la dinastía Talbot, el joven Larry Talbot (Lon Chaney Jr.), que tras la muerte de su hermano (3) emprende el viaje de retorno desde USA a su ciudad natal, - situado en un país atemporal y, aunque nunca se llega determinar, presumiblemente europeo -, para tomar el negocio junto a su padre, Sir John Talbot (Claude Rains). Una vez allí, Larry Talbot conoce a Gwen (Evelyn Ankers), una chica ya prometida con la que intentará tener una imposible historia de amor. Evidentemente, Talbot quedará maldecido por la mordedura del hombre lobo (Bela Lugosi) justo en la primera cita con Gwen, y terminará asesinado por su propio padre cuando, inmerso en su vertiente animal, “ataca” instintivamente a Gwen en mitad del bosque. Resulta paradójico como el padre utiliza precisamente el bastón (con empuñadura de plata y forma de lobo) que Talbot compra a Gwen en su primer encuentro para castigar los filtreos de su hijo con las mujeres y su falta de atención para con el negocio (4). Si amigos, Sir John Talbot era un padre muy severo…
Claude Rains, el verdadero malo de la película.

Por otro lado, es más que evidente que esta vez el maquillaje de Jack Pierce si resultó más acorde con lo que debería ser un “hombre-lobo”, y ese ejemplar encarnado por Chaney Jr. sentaría las bases del género, quedando el de Henry Hull algo desfasado (aunque ambos coincidían en la extraña dentadura de jabalí).

Así pues, si El Lobo Humano recreaba la eterna dualidad del ser humano gracias al Dr. Glendon (Henry Hull), - un experto en botánica que es mordido por una bestia en su viaje al Tibet -, y El Hombre Lobo también lo haría, pero en esta ocasión lo envolvería en el conflicto generacional entre un padre y su hijo. Larry Talbot vendría a ser el eterno joven incomprendido que durante siglos ha intentado escapar sin éxito de una sociedad madura que no le comprende y que le juzga encerrándolo en un terrible sentimiento de culpa. El hombre lobo muere al terminar la película, pero tal vez solo se trate de una muerte simbólica, y Talbot finalmente haya aprendido la lección y acate las normas impuestas…
¿El hombre jabalí? No, Henry Hull en su versión lobezna...

En fin, son las nueve… ¡hora de dormir! Hasta la próxima luna llena.

Título original: Werewolf of London (USA, 1935)
Director: Stuart Walker.
Guión: John Colton & Harvey Gates, Edmund Pearson y Robert Harris (sin acreditar), sobre una historia de este último.
Actores: Henry Hull, Warner Oland, Valerie Hobson

Título original: The Wolf Man (USA, 1941)
Director: George Waggner.
Guión: Curt Siodmak.
Actores: Lon Chaney Jr., Claude Rains, Evelyn Ankers...

(1) Dicha flor también fue utilizada por Naschy en una de sus obras más pulp, la estrambótica La maldición de la bestia (1975).
(2) Aquí habría que añadir que Siodmak tuvo mucho más libertad a la hora de escribir su libreto.
(3) Durante la película no se nos cuenta el motivo de dicho fallecimiento. ¿Tal vez cayó en acto en el campo de batalla?
(4) De hecho, resulta también paradójico que Larry conozca a Gwen, mientras fisgonea con el telescopio de su padre.

Eclipse Total (1993)


Hoy 30 de enero, luna llena, nos adentraremos una vez más en el fabuloso mundo de los hombres lobo de la mano de Eclipse Total, telefilm realizado para el canal estadounidense HBO que dirigió Anthony Hickox, y que en algunos países como España llegó incluso a estrenarse en cines (¡!).


Esta divertimento que mezcla inusitadamente el universo X-men con las películas de acción y los hombres lobo, supone todo un festin con numerosos puntos a favor y otros tantos que nos pueden impulsar a detestarla injustamente. Y es que la película se presenta como una buddy movie llena de acción, en la que dos polis deben hacer frente a una banda de narcotraficantes que tienen tomada una discoteca. En el trepidante tiroteo que se forma, Jim (Anthony John Denison) es mortalmente herido pero debido a una misteriosa droga, no solo recuperará rápidamente su salud, si no que además se convertirá en un súper-poli capaz de sobrevivir a los tiros y a las explosiones. Max (Mario Van Peebles), aparte de andar con problemas conyugales, no ve con muy buenos ojos la nueva súper personalidad de su compañero y amigo, así que cuando este se vuela la tapa de los sesos con una bala de plata las sospechas de Max irán in crescendo. Si, todo un lumbreras el tipo. Así que investigando, investigando, el bueno de Max llegará a Adam Garou (Bruce Payne), un científico del cuerpo que pretende formar un grupo de policías “lobeznos” capaces de aniquilar el crimen de las calles. Al parecer Garou les suministra una potente droga capaz de volverles invencibles, pero como toda buena droga que se precie, ésta también tendrá unos graves efectos secundarios y un poder de adicción irrefrenable...


Eclipse Total, no es un film al uso sobre hombres lobo. En ella nuestros protagonistas licántropos tienen el poder de regenerarse y les sale unas feroces garras de los nudillos como el personaje “marveliano” de Lobezno. Incluso son vulnerables a la plata. Pero lejos de continuar con algunas similitudes con las normas más clásicas del género licántropo, nos encontramos ante un film en el que tan solo vemos una transformación completa en hombre lobo (de nuevo con un chapucero pero simpático morphing), pero... en vez de ser durante la debida luna llena, dicha transformación únicamente se dará en los eclipses lunares. ¡Tócate los huevos! Aparte, resta decir que las (medio) transformaciones de los súper-polis-lobeznos, tendrán espacio en cualquier momento del día (sea noche o no, y por lo tanto, haya luna llena o no), y vendrán condicionadas por el suministro de la droga inventada por el personaje de Garou (si no me equivoco, Garou o Loup-Garou, significa “hombre lobo” en francés).


Así pues, Eclipse Total resulta a todas luces una entretenida y original cinta de hombres lobo que merece ser descubierta por todo aquel que busque en ella mero entretenimiento. Y es que pese a algunos fallos de guión y algunas interpretaciones de lo más flojas (el personaje de Mario Van Peebles, por ejemplo, para ser el protagonista está penosamente dibujado, aunque el actor/director mexicano hace lo que puede), Eclipse Total es una pequeña gran película que espero y deseo, gane cada vez más con el paso del tiempo.


Estad atentos cuando llegue la noche y... ¡Hasta la próxima luna llena!

Título original: Full Eclipse (USA, 1993).
Director: Anthony Hickox.
Guión: Richard Christian Matheson & Michael Reaves.
Actores: Mario Van Peebles, Bruce Payne, Patsy Kensit...

El Bosque del Lobo (1970)


Si amigos, si miráis al cielo llegada la noche veréis que efectivamente, hoy, 2 de diciembre, hay luna llena, y tal y como prometí hoy me centraré en la reseña de otra película sobre hombres lobos, aunque tal y como también expliqué, no me centraré unicamente en films sobre licántropos para así abarcar otras cintas que por su temática puedan asemejarse a la propia licantropia. De ese modo, no me podía olvidar de una de las mejores películas de la historia sobre hombres lobo, sin que por ello halla una sola transformación fisica del siempre desdichado protagonista. Hablo, como no, de El Bosque del Lobo, dirigida Pedro Olea y protagonizada por el recientemente fallecido José Luis Lopez Vazquez, que realizó en este film una de sus mejores interpretaciones encarnando a Benito Freire, un vendedor ambulante que asesina a sus víctimas durante unos angustiosos ataques de epilépsia, y que esta basado a su vez en los terribles crímenes que cometió Manuel Blanco Romasanta y que Carlos Martínez-Barbeito adaptó en la novela El Bosque de Ancines, libro en el que se basa la presente película.


Tal y como dice Antonio José Navarro en la introducción del Libro de los Hombres Lobo (información sobre una superstición terrible) de Sabine Baring-Gould, aquí en España existieron decenas de leyendas entorno a la licantropía. En Extremadura, en Catalunya, en Aragón, pero... "por encima de todos, el Lobishome de Galicia"... Que según la leyenda decía que "el séptimo hijo varón consecutivo en una familia se convertirá en hombre lobo si no es bautizado con el nombre de Bento y es apadrinado por su hermano primogénito". Pues bien, El Bosque del Lobo se aleja del terreno puramente fantástico y sobrevuela sobre la figura de este buhonero tan despreciable y desgraciado, que de niño, mientras espiaba a unos mamporreros en plena faena, sufrió un (digamos) "traumático" suceso que le marcó para su desventurado futuro.

Los derroteros de esta cinta están más centradas pues, en como una enfermedad podía estar envuelta en leyendas y maldiciones que poco tenían que ver con la realidad, y que chocan de frente con el meapilas inglés y protestante interpretado por John Steiner, mucho más inteligente y analítico que el resto de los españoles de la época. Es por ese motivo que el "alobado" en cuestión es mostrado no solo como un simple verdugo, asesino o monstruo, sino como una vícitma más de la sociedad, siendo pues, El Bosque del Lobo un fiel y realista retrato de aquella época. Aún así, uno no puede evitar ver ciertos guiños, seguramente involuntarios, al fantástico, como los títulos de crédito de la película con la penetrante mirada de Lopez Vazquez de fondo, que recuerdan a La maldición del hombre lobo de Terence Fisher, con los ojos de Oliver Reed (transformado) llorando. Puede que por este motivo, y porque la explosión Daninsky era relativamente reciente, uno también espere ver en los ataques de nuestro esquizofrénico protagonista una transformación en una terrible bestia al igual que lo hacia nuestro querido Paul Naschy, cosa que, obviamente, jamás llega a pasar en la película (1).


El Bosque del Lobo es, aparte de una obra maestra indiscutible que tuvo serios problemas con la censura de la época, un documento imprescindible para conocer más la España Negra que nos precede, que no por menos cuenta con la participación de Juan Antonio Porto en el guión, que más adelante colaboraría en Los Crimenes de Cuenca de Pilar Miró. Además es un film que nos acerca a uno de los asesinos en serie más temibles de nuestra historia, del que por cierto, Paco Plaza también realizó su particular visión de los hechos en Romasanta (2004), un film más bien interesante pero carente de la fuerza dramática de la obra que nos ocupa y que al contrario de El Bosque del Lobo, no sabe mantener sus "fauces" fuera del fantástico.

Título original: El Bosque del Lobo (España, 1971)
Director: Pedro Olea
Guión: Juan Antonio Porto & Pedro Olea basado en la novela de Carlos Martinez-Barbeito.
Actores: José Luis Lopez Vazquez, Amparo Soler Leal, Antonio Casas...

(1) También parece muy curioso ver ciertos guiños (de nuevo, seguramente involuntarios) en El Huerto del Francés, ya que en el docudrama de Paul Naschy/Jacinto Molina, -que también constituye un drama rural de la España Negra-, se escenifica una especie de fiesta "freak" con enanos y prostitutas en la posada del Francés, al igual que se hacía en la película de Olea.

Muere Paul Naschy


La verdad es que no sé muy bien como empezar a escribir esto. Este hombre (atleta, dibujante, director, actor, productor y guionista) significó para mi todo un ejemplo a seguir, todo un luchador nato que incluso estando muy enfermo se mostró ilusionado y con fuerzas para llevar adelante todos sus proyectos. Mucha emoción hubo durante la rueda de prensa que dió en el pasado Festival de Sitges. En fin, toda palabra que escriba será poco para lo que hoy realmente siento en mi interior.

Todavia recuerdo lo sorprendido que me quedé cuando vi por primera vez La Noche de Wallpurgis en DVD, cuando Naschy era todavia un desconocido para mi (sabía quién era pero jamás había visto nada donde apareciera). Me quedé tan impresionado que rapidamente, yo, que soy un amante de las películas sobre hombres lobo, me dispuse a encontrar otros films con el sello Naschy. De ese modo descubrí grandes joyas como El Doctor Jeckyll y el Hombre Lobo, La Marca del Hombre Lobo, El Espanto surge de la Tumba, El Mariscal del Infierno, El Francotirador o Inquisición. Pero todo cambió cuando en Sitges, no recuerdo que año, vi en sesión continúa, El Retorno del Hombre Lobo y sobretodo El Huerto del Francés (también exhibían Rojo Sangre).

Ver El Retorno del Hombre Lobo en pantalla grande fué una experiencia inolvidable, todavía no alcanzo a entender como mis acompañantes bostezaran y se mofarán de una película tan bien realizada y con una historia tan potente. ¿Hombres lobos? ¿Brujos? ¿Vampiros? ¿Jorobados? ¿Momías? Paul Naschy no hacia simples películas de monstruos como muchos imaginan. Waldemar Daninsky era una bestia asesina que escondía un ser humano bueno y lleno de sufrimiento por las atrocidades que cometía (en su estado animal, claro). La mayoria de sus personajes eran unos "heroes" imperfectos que luchaban por erradicar el mal de su interior, siendo nuestro hombre lobo patrío su más fiel arquetipo.

Así que, una vez terminada El Retorno del Hombre Lobo, mis acompañantes abandonaron la sala, y yo decidí quedarme y ver la siguiente: El Huerto del Francés, una película en la que se nos muestra de nuevo la dualidad del hombre en el personaje de Juan Andrés Aldije, un hombre aparentemente normal y con proyectos de futuro junto a su prometida (Maria José Cantudo), y que esconde un serial killer en toda regla. Pues bien, si el visionado de El Retorno del Hombre Lobo fué fascinante, el de El Huerto del Francés me pareció una obra maestra sin paliativos, y salí de la sala con la impresión de haber visto algo realmente grande. Para que os hagáis una idea lo que significó para mi esta película os contaré como anécdota que un día, -hablando con un chico, en una importante tienda de cine de Barcelona-, me prometieron que me regalarían una copia de la película. Sé que algunos me tomarán por bobo, pero hasta el día en que me la entregó soñaba con tenerla entre mis manos y volverla a ver. ¡Jamás había tenido tantas ganas de volver a ver una película como las que tuve con El Huerto del Francés! Y ya no os digo la alegría que me entró, cuando al entregarme la susodicha copía, me regalarón un VHS de La Bestía y la Espada Mágica. Si, la verdad es que he pasado grandes momentos (algunos malos, porque no decirlo), viendo sus películas, y la verdad, siempre he admirado su dedicación por el fantástico y por llevar a termino sus proyectos sin importarle lo que pensaran los demás.

"¿Qué has hecho? ¡Estás loco!", dice Agatha Lys al final de la película. "¿Loco? Ojala lo estuviera", apostilla Naschy.


¿Quién iba a imaginar a finales de los 60 una película con hombres lobo y vampiros?

Pero lo más importante: ¿quién continúa haciendolo cuando el fantástico ya no está tan bien visto y no da dinero? Pues pocos, muy pocos, y Paul Naschy fué uno de ellos. Jacinto Molina pudo hacer las cosas mejor o peor hechas, pudo ser un buen o un mal hombre, pero nadie me podrá negar que siempre luchó por una serie de ideales y que lo hizo hasta el día de su muerte.

Ojalá tuviera una cuarta parte de su valentia y luchará más por conseguir mis propósitos... Siempre he sido un ser cobarde que jamás se ha atrevido a aventurarse en nada. Siempre he fantaseado con que "Despertar en Plenilunio", un guión que escribo y reescribo, y que trata sobre licántropos, hubiera podido estar interpretado por mi querido Naschy. Pero creo que ya va llegando la hora de entender que con la simple ilusión no se consigue nada y que hay que luchar por lo que uno verdaderamente quiere. Y eso es lo que me voy a proponer a partir de ahora.

Por último decir que ayer fué mi cumpleaños y que fué ayer cuando precisamente adquirí algunos de los títulos de Naschy, que han lanzado recientemente en DVD: La Venganza de la Momia, Inquisición, El Retorno de Wallpurgis y La Marca del Hombre Lobo (El Último Kamikaze, El Caminante y La Bestía y la Espada Mágica, estaban agotadas...), y lo primero que hice nada más llegar a mi casa fué ver la extensa entrevista que incluyen los DVD, en los que Naschy analiza cada uno de los títulos que componen el lanzamiento.

Sr. Naschy, descanse en paz y, allá dónde esté, espero que le llegue toda la admiración que por usted profeso.


JACINTO MOLINA

06/09/1934 - 30/11/2009

Luna Maldita (1996)

Bueno, como en mas de una ocasion me he declarado fan de las películas de hombres lobo, cada luna llena me he propuesto (haber si soy capaz de cumplirlo), hacer una reseña de un film sobre licántropos, o, en su defecto, sobre seres con problemas capilares y/o de personalidad.

En esta ocasión quiero hacer especial mención a una de las mejores (y últimas) películas que se han realizado sobre este tema. Se trata de Luna Maldita, un pequeño film notablemente filmado que hace gala de unos extraordinarios efectos de maquillaje, cosa que asegura una buena tunda de escenas gore por obra y gracia de Dana Klaren, y un ejemplar de licántropo nada deleznable. Aún así, por otro lado los efectos infográficos, -que consisten en un sólo morphing chapucero-, obra de Gregory L. McMurry (Abierto hasta el Amanecer, 1996), hacen que estos impecables efectos se tambaleen seriamente.


La historia trata sobre una familia formada por una madre, su hijo y su perro,- un pastor alemán llamado Thor-, que deciden acoger a un familiar para que pase una temporada con ellos después de que este hubiese terminado su relación con su pareja y que unos terribles ataques cometidos, al parecer, por un sanguinario oso grizzly, se producieran por la zona. Pero Thor, el inteligente perro pastor, se percatará de que algo extraño ocurre en el comportamiento de este familiar...
Luna Maldita, escrita y dirigida por Eric Red, y basada en la novela Thor de Wayne Smith, es una correctisima y directa cinta de terror que tiene todos los números por convertirse en uno de esos pequeños clásicos que se van reconociendo una vez van pasando los años. No se la pierdan queridos amigos, amantes de la licántropia y del síndrome de Ambras, porque esta película tendrá su lugar en la "otra" historia (la de las pequeñas y baratas películas) del cine.

Cuando llegue la noche estad atentos al cielo amigos... ¡Hasta la próxima luna llena!

Título original: Bad Moon (USA, 1996)
Director: Eric Red.
Guión: Eric Red basado en la novela de Wayne Smith, Thor.
Actores: Mariel Hemingway, Michael Paré, Mason Gamble...Peeping Toms... El Coitus interruptus licantrópico.

The Return of the Vampire (1944)

Lew Landers, todo un especialista que ya había realizado uno de los clásicos de terror de la Universal con El Cuervo (1935), realizó a mediados de los 40 una de las mejores y más originales cintas sobre vampiros bajo el título, The Return of the Vampire, aunque esta vez para la Columbia Pictures.

La acción se desarrolla en pleno Londrés. El Dr. John Ainsley (Roland Varno) y su mujer Lady Jane Ainsley (Frieda Inescort) investigan la misteriosa anemia que sufre una de sus pacientes y descubren que todo es obra de un malvado vampiro llamado Armand Tesla (Bela Lugosi). Así que deciden ir en su busca y terminan con él. Pero años más tarde, en mitad de los bombardeos nazis a la capital inglesa, una de esas bombas hace que el cadaver de Tesla termine a la vista de dos hombres. Y estos, pensando que se trataba de una víctima más, deciden extraerle la estaca que tiene clavada en el corazón y le devuelven la vida sin querer...


Como podéis comprobar por la premisa, The Return of the Vampire es una de las pocas películas que desarrollan su trama fantástica en un marco histórico real y relativamente reciente para el año de su estreno (recordemos que los ataques a Londres tuvieron fecha 4 años antes), por lo que otorgan al planteamiento cierto aura siniestra y una pizca de relativa autenticidad. Otro de los puntos fuertes y a tener en cuenta de esta The Return of the Vampire, es que Bela Lugosi, - que por aquel entonces venía de encarnar a un mad doctor mitad simio en The Ape Man (William Beaudine, 1943) y al monstruo de Frankentein en Frankenstein y el Hombre Lobo (Roy William Neill, 1943) -, volvía a enfundarse en la piel de un vampiro no menos escalofriante que su Dracula browningiano (1).


Pero sin lugar a dudas, uno de los puntos por la que destacaría esta película es por la aparición de un hombre lobo con traje y corbata (2). Sí, ya sé que su apareción es más bien anecdótica y que este licantropo bien podía haber sido cualquier otra cosa (un jorobado por ejemplo...), ya que deja de lado toda la mitología creada por Curt Siodmak, traicionando algunos de los elementos fundamentales de los films anteriores. Véase que el hombre lobo se transforma por el influjo del vampiro Tesla, sin que la luna llena tenga nada que ver, o que pueda campar a sus anchas a plena luz del día. También se cometen graves errores con la indumentaria del mismo, ya que a veces aparece con el típico traje negro que tan bien lució mi querido Don Lon Chaney Jr, cuando recordemos que iba con un impecable traje con corbata. Pero aún así, este ejemplar mitad hombre mitad lobo es uno de mis favoritos (3). La transformación mediante encadenados está muy bien conseguida y el actor que encarna al licántropo, Matt Willis, consigue realizar una estupenda caracterización y muestra cierto sentimiento de culpa al traicionar a los Ainsley... ¡Épica es la escena en la que consigue a acabar con el vampiro (con descomposición incluida)!
¡Como me gustan las películas de hombres lobo! Tal vez sea porque yo a mi manera soy uno de ellos. ¡AUUUUUUU!


Título original: The Return of the Vampire (USA, 1944)
Director: Lew Landers
Guión: Griffin Jay & Randall Faye sobre una historia de Kurt Neumann.
Actores: Frieda Inescort, Bela Lugosi, Watt Willis...

(1) Si no recuerdo mal, aunque el vampiro Tesla sale desde el principio, el rostro de Bela Lugosi no se descubre ante el espectador hasta pasado una media hora.
(2) 12 años después, Sam Katzman produciría otra cinta licantrópica en la que aparecía otro hombre lobo con traje, The Werewolf (Fred F. Sears, 1956).
(3) No por menos, en el apartado de maquillaje tenemos (sin acreditar) a Clay Campbell, quien también colaboró en sus funciones de maquillador en la ya nombrada The Werewolf (1956).

El Hombre Lobo (2010)

Me vais a permitir que adelante la luna llena correspondiente a este mes a hoy para hablaros de El Hombre Lobo, película dirigida por Joe Johnston y protagonizada por Benicio del Toro, Anthony Hopkins, Hugo Weabing y la tierna Emily Blunt, y que vendría a ser una especie de revisión (bastante libre, diría yo) de la mítica El Hombre Lobo dirigida por George Waggner, y con Claude Rains, Bela Lugosi, Maria Ouspenskaya y el gran Lon Chaney Jr. como protagonistas.


Esta nueva versión del gran clásico licantrópico tiene como eje central la llegada de Larry Talbot (Benicio del Toro) a Inglaterra después de que su hermano Ben (Simon Merrels) hubiera fallecido a manos (o más bien garras) de una temible bestia. Así que es recibido por su padre, Sir John Talbot (Anthony Hopkins), y Gwen, su cuñada (Emily Blunt), mientras intenta descubrir como murió su hermano. Pero lo que no sabe el “bueno” de Larry es que resulta muy peligroso adentrarse en según que terrenos, y más cuando hay luna llena…En esta ocasión volvemos a encontrarnos ante una tragedia griega en toda regla con un triángulo amoroso de lo más jugoso, pero en este caso Larry Talbot es un niño con complejo de Edipo que crece sin el amor de su madre y que se dará de bruces (** SPOILER **) con su propio padre por la conquista del corazón de su cuñada Gwen, una chica que, tal y como dicen durante la película, es clavadita a su madre (** FIN SPOILER **).


Debo reconocer que tenía bastante pavor ante esta revisitación del clásico de la Universal ya que el director del proyecto, Joe Johnston (director de películas como Cariño, he encogido a los niños o Jumanji), no me transmitía mucha confianza. Si a esto le añadimos los continuos retrasos en el estreno, la decisión de rodar escenas adicionales o la contratación de última hora de Walter Murch y Mark Goldblatt (este último sin acreditar), para reforzar el montaje y hacerlo más trepidante (el montaje original corre a cargo de Dennis Virkler), la cosa no pintaba nada bien, y me hizo temer que una vez más una oportunidad de oro se le iba a escapar al hombre lobo, un monstruo que no ha sido tratado por el cine todo lo bien que se merecía. Pero para mi sorpresa me encontré con una película de impecable factura, con una buena narración, una fotografía de puta madre y unos efectos especiales acojonantes con unas escenas gore a cargo del siempre genial Rick Baker (ganador del Oscar a los mejores efectos especiales por Un hombre lobo americano en Londres).

La historia, lejos de abarcar únicamente el libreto escrito por Curt Siodmak en 1941, nos muestra un sin fin de guiños a ésta y otras películas de “alobados”, que van desde Frankenstein y el hombre lobo (véase esa pequeña incursión de Talbot en el loquero) a La Maldición del Hombre Lobo (la propia vestimenta del licántropo, la persecución por los tejados de Londrés y esa lágrima final apunto de salir), pasando por El Lobo Humano (¡esa excursión al Tibet!) o por las de nuestro hombre lobo patrio Waldemar Daninsky. Y es que este Larry Talbot interpretado por Del Toro es tan sanguinario y babeante como lo era el personaje interpretado por mi querido Paul Naschy.


En definitiva, se podría decir que este Hombre Lobo es un todo un homenaje a las películas de hombres lobo, así que no llego a entender demasiado bien la cantidad de críticas que se han cernido cebandose en el guión. Bajo mi punto de vista, esta película y su correspondiente guión, ha sabido trasladar la historia original a nuestros tiempos con un enorme respeto, yendo directa al grano y dejando de lado las pretensiones artísticas que pudiera tener Francis Ford Coppola, por ejemplo, con la versión que hizo de Dracula en los años 90. El Hombre Lobo va directa a la yugular, - los escasos títulos del principio inscritos en una piedra con la famosa frase de la versión del 41, son toda una declaración de principios -, y además sabe hacerlo con gran estilo. Por lo tanto, creo que no contentarte con esto es de ser estúpidos.

Como puntos en contra… Pues me atrevería a decir que las transformaciones en lobo mediante los putos fx infográficos me siguen repateando las entrañas. Además una de las cosas que más detesto de Un hombre lobo americano en Londres (John Landis, 1981) es que el licántropo caminase a cuatro patas y no fuese bípedo, por lo tanto cuando en algunos momentos del film, nuestro Larry Talbot se pone a correr a cuatro patas me dolió mucho. MUCHISIMO.
Pero bueno, ya sabíamos que el tal Johnston tenía que fallar en algo (al parecer la idea fue suya, el muy cabrón), así que...


Ficha técnica: The Wolfman (USA, Reino Unido, 2010)
Director: Joe Johnston.
Guión: Andrew Kevin Walker & David Self
Actores: Benicio del Toro, Anthony Hopkins, Emily Bunt...

Una pandilla alucinante (1987)


Supongo que hubo un antes y un después de Los Goonies de Richard Donner (1985) y de esa pandilla de frikis compuesta por niños de diversa índole. Si señores, después de esa película, cualquier pandilla que se precie debía estar compuestas por: 1/ El listo, 2/ El líder, 3/ El gordo (también conocido como "El piraña" gracias a la mítica serie Verano Azul), 4/ El mayor (que se quiere ligar a la zagala buenorra de turno) y 5/ El monstruo deforme que parece malo al principio pero que después es bueno. Pues bien, a raíz de esta película nació uno de los pastiches más bien paridos de los 80 que marcó a una buena tunda de zagalillos entre los cuales, como no, me encuentro yo.


Con todos ustedes... ¡Una Pandilla Alucinante, una película que sigue casi a rajatabla las pautas marcadas por la cinta de Donner, y que a su vez es un homenaje en toda regla a esas obras maestras de la Universal de los 30, 40 y 50. En ella no solo volvemos a ver un Dracula (Duncan Regehr) totalmente clásico, con su capa y transformandose en murciélago, sino que además en la película se darán cita... ¡la momia (Michael MacKay)! ¡la criatura del lago (Tom Woodruff Jr.)! ¡el monstruo de Frankenstein (Tom Noonan)! ¡¡y el HOMBRE-LOBO (Carl Thibault)!!

La película la dirige Fred Dekker, un malogrado director que vio como su carrera se iba a pique por el estrepitoso fracaso que supuso Robocop 3. Atrás quedaron sus aportaciones para la primera entrega de la trilogía House (Steve Miner, 1986); para la serie de televisión Cuentos del Guardian de la Cripta, su debut en la dirección en El terror llama a la puerta, un proyecto sobre Godzilla rodado en 3-D que no logró cuajarse; y como no, esta exquisita película sobre una pandilla de niños que deben hacer frente al Conde Dracula y sus secuaces, y para ello deberán encontrar un preciado amuleto antes que el malvado Conde, y también deberán encontrar a una virgen para que recite unas palabras en alemán y así abrir un puerta interdimensional que se lleve a los monstruos de una vez por todas.


No por menos, Una Pandilla Alucinante cuenta con los inestimables efectos especiales del gran Stan Wilson que creó uno de los hombres lobo más extraños y feroces que han habido ultimamente. Dios sabe lo mucho que me marcó la escena en la que el hombre lobo va a la policía para que le encierren: "¡encerradme por favor: soy un hombre lobo!", les dice. O la escena que tengo enlazada en el vídeo de la semana a su derecha, que es cuando el hombre lobo se transforma en una cabina de teléfono... Que recuerdos... Gracias a esta película me descubrió un montón de cosas y entre ellas que el hombre lobo tiene pelotas. ¡Quién me lo iba a decir!

Aparte de tener algunos guiños simpáticos a los esmentados clásicos de la Universal con la escena de Frankenstein y la niña, Una Pandilla Alucinante goza de muy buenos momentos de un humor bastante negro y que vistos ahora resultan bastante gruesos y de mal gusto, ya que parecen bastante ligados con la pedofilia, vean sino: al principio de la película vemos a los dos zagales saliendo del despacho del director del colegio y Sean (Andre Gower) dice: "el director parece mariquita, no ha parado de sonreirme y darme golpes en la espalda". Después aparece un vecino alemán y judio que en un principio aterroriza a los zagales... "mirandolos desde su ventana" (¡que hace un viejo mirando a unos niños desde su ventana!). Y por último, Frankenstein se encariña de la niña de la película, la actriz Ashley Bank, y se hacen muy "amigos". Gracias a Dios, al final de la película, se descubre que la niña sigue siendo inmaculada y gracias a ella se abre la puerta interdimensional.



Existe una serie de los 70 llamada igual: Monster Squad, aunque en ese caso los monstruos eran todos buenos.

Esto señores, ¡esto! Esto es un homenaje al cine de terror de la Universal y no el mojón ese de Van Helsing de Stephen Sommers (2004). ¡Gracias Proteneo por pasarme ese DVD tan guapo que te curraste!


Título original: The Monster Squad (USA, 1987)
Director: Fred Dekker.
Guión: Shane Black & Fred Dekker.
Actores: Andre Gower, Duncan Regehr, Stephen Macht...