Aún así, no puedo terminar sin hablaros de ciertos datos de interes que he leído mirando la http://www.imdb.com/. Y es que el bueno de Ashley, ha estado en mayor o en manor medida, ligado inutilmente con el género licantrópico durante buena parte de su filmografía. Para empezar, Ashley fue elegido inicialmente para protagonizar I was a Teenage Werewolf, pero el papel le fue arrebatado por mi admiradisimo Michael Landon. Este hecho pareció influirle porque una vez en Filipinas abordó algunas películas que se podrían asemejar al género, siendo The Twilight People (Eddie Romero, 1973), - una especie de Isla del Dr. Moreau con mujer-pantera, hombre-mono y hombre-lobo -, el ejemplo que más se le acerca. Pero si nos trasladamos a los años 80, descubrimos que produjo una serie llamada Werewolf, que contó con 29 episodios, y que... ¡Se pueden ver totalmente gratis aquí! (N. del A.: También se pueden leer los guiones originales y muchas cosas más, no se lo pierdan que cosas de estas no pasan todos los días).
“Ningún hombre conoce lo malo que es hasta que no ha tratado de esforzarse por dejar de serlo”. Clive Staples Lewis.
sábado, 13 de marzo de 2010
Rabos de lobo, malditos y una de chistes malos y tetas
Pues bien, para despedir el año, hoy, luna llena, nos adentraremos una vez más en el truculento y a la vez fascinante mundo de la licantropía, aunque en esta ocasión desenmascaremos algunas "falsas" películas de hombres lobo. En primer lugar nos inmiscuiremos de nuevo en el universo filipino de Romero/Ashley con...
¡The Beast of the Yellow Night (1971)!
La primera incursión de Ashley en el cine filipino fue de la mano de Gerardo de Leon y Eddie Romero en Brides of Blood (1968), experiencia que le sirvió para quedarse completamente fascinado del país y montar una productora junto a Eddie Romero, a la que llamaron Four Associates.
The Beast of the Yellow Night, que vendría a ser algo así como La Bestía de la Noche Amarilla, fue la primera colaboración entre ambos y una curiosa película que, a pesar de su título y de la transformación de nuestro protagonista en una temible bestia, poco o nada tiene que ver con los hombres lobo. La sinopsis nos explica algo así: un asesino (John Ashley) decide vender su alma al diablo (¡si! ¡Vic Diaz!) para escapar de la polícia, y este le obliga a asesinar a gente inocente (no sin antes transformarlo en un peludo y feo monstruo), para que les traiga sus almas.
Durante el film, bastante aburrido por cierto, seremos testigos de como Ashley se enamora de Mary Wilcox, y como debe matar a un montón de filipinos inocentes (menos a un monje ciego que, no recuerdo porque, parece domarlo). ¡Incluso veremos una transformación, -con el típico efecto de encadenado-, de bestia a hombre! Pero ya está. Aquí acaban todos los parecidos de este film con los de las películas de "alobados".
Vayamos ahora con... ¡Orgy of the Dead (1965)!
Tim Burton abordó parte de la sorprendente vida y filmografia de uno de los directores trash por excelencia en su genial Ed Wood (1994). Pero sin lugar a dudas, la singular trayectoria de Edward D. Wood Jr. fue de todo menos convencional, siendo su ultimo tramo, -el más decadente-, el más interesante (y nefasto) de toda su carrera.
Ed Wood, que por aquel entonces le daba al frasco que daba gusto, se adentró en el mundo del sexploit (y luego en la pornografía) de la mano de Bill Tomphson, y escribió el guión de Orgy of the Dead basado en una novela suya, y que dirigió y produció Stephen C. Apostolof (bajo el pseudónimo de A. C. Stephen). En la película una joven pareja (Pat Barrington & William Bates) tienen un terrible accidente automovilístico cerca de un cementerio. Cuando la pareja recobra el conocimiento se adentran entre la hojarasca y descubren a un tipo con capa (Criswell), una especie de vampiresa (Fawn Silver), la Momia (Louis Ojena) y el Hombre Lobo (John Andrews), que juntos iran contemplando como una decena de bailarinas de lo más variopintas (una flamenca, una zombie, una vestida de gata...), realizan sus sptreapteases.
Bueno, con este planteamiento supongo que resta decir que nos encontramos ante un film cuyo único interés radica en las feminas que se mueven delante de la cámara y que, eso si, la mayoria son de lo más atractivas. Por lo demás, ya puede salir el Hombre Lobo o la Momia contando chistes sobre Cleopatra, que es más que evidente que lo único importante ya se sabe lo que és.
Como dato curioso, Pat Barrington realiza un doble papel en la película: por una lado es la joven pelirroja maniatada a la que jamás vemos en todo su esplendor (es decir, en bolas), y por otro la exhuberante bailarina que, para finalizar su baile, es empapada en oro cual Shirley Eaton en Goldfinger (Guy Hamilton, 1964).
Y por último, el plato fuerte... ¡La Loba (2001)! (¡Vamonos, que nos vamos!).
Asia Carrera la superdotada (física e intelectualmente) pornstar, participó en esta especie de tonteria algo simpática, dirigida por el que era su marido por aquel entonces, Bud Lee.
La actriz de origen japones "interpreta" en la película a una joven escritora en crisis que, cuando le dan un libro de no sé que conde vampiro, comenzará a vislumbrar con mayor claridad el enfoque de su novela. Pero... ¿todo es producto de su imaginación o lo está viviendo realmente?
Bueno no os hagáis ninguna paja (al menos mental), que la cosa no está ni por asomo ligado al universo licántropo. En este film, que en inglés se llama A Wolf's Tail (Un Rabo de Lobo), se dan cita vampiros, magia negra, un fortachón con una espada al más puro estilo Conan, rabos (como no), y un lobo que de vez en cuando sale para salvarle el culo (¡y que culo!) a Asia Carrera. Pero de hombres lobo, nothing de nothing.
La trama de la película es bastante tonta para que nos vamos a engañar, pero por decir algo a su favor, se podría apuntar que está rodada con bastante dignidad, tiene una buena ambientación y los efectos digitales están muy conseguidos. Lamentablemente, Carrera y los demás actores que aparecen en el film, hacen lo que pueden (que no es mucho) con las cuatro lineas de guión que tienen, siendo Herschel Savage el más eficiente y creible de todos.
Y bueno, creo que con esto ya hemos terminado. ¡Hasta la próxima luna llena y... BUEN FIN DE AÑO!
¡Salud! ¡Amor! ¡Suerte! (Y todas esas cosas)...
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